CENTRO VALOR AGREGADO

 






En la búsqueda de fomentar los sistemas para la construcción social del hábitat con integración de los actores locales, se trabajó en base a un Taller-Obra con diseño participativo con la comunidad guaraní Arete Guazú (Caimancito, Jujuy). Se compartieron conocimientos en el ámbito de los saberes de la construcción y la agricultura, buscando la participación y el intercambio de ideas. A partir de una serie de ejercicios y encuentros para dimensionar las necesidades, se proyecta un espacio para la agrofloresta complementado con un Centro para el Agregado de Valor y diversas tecnologías sociales de acceso al agua. Tanto los huertos como la sala, forman parte de una propuesta integral para brindar soluciones apropiadas con un enfoque de producción autosostenible.






La propuesta se inspira en el techo-sombra y la columna-horcón que caracteriza a los ranchos de la ruralidad chaqueña. La tipología de Culata Jovai de cuartos enfrentados, se configura contenida en un ámbito de espacios continuos bajo un sobretecho para el confort térmico. Reinterpretaciones de los muros de palo a pique, se materializan con un sistema de parasoles con galerías que amplían las dimensiones del edificio y facilitan su vinculación con el entorno. Toda la estructura maderera se resuelve con listones de 2x4” para los bastidores de los muros, y columnas compuestas con listones de 2x6” para columnas y vigas con cartelas. La construcción es elevada sobre pilotes, debido a su cercanía con el río y sus posibles crecidas estivales. Los muros se resuelven con técnica de quincha, morteros de tierras estabilizados a la cal y pinturas naturales en base a arcillas






Sobre la lectura de la arquitectura vernácula regional y los saberes campesinos indígenas, se activan una serie de soluciones que componen la propuesta bioclimática del edificio: acondicionamiento por ventilación cruzada, fachada de sombra vertical con entramados, espacios de cuartos enfrentados, galerías, etc. Sobre esta base se incorporan tecnologías sociales para la cosecha de agua y el tratamiento ecológico de aguas residuales. El conjunto se unifica bajo un sobretecho de sombra para el confort térmico. El uso de materiales locales y el acondicionamiento climático pasivo de la sala, representan uno de los ejes de la propuesta.


La metodología de trabajo propone evitar transferencias ajenas a las realidades del lugar, elevando a los actores locales como diseñadores de las intervenciones y partícipes de sus propias decisiones. Mediante los procesos presentados, se propone lograr un edificio apropiado capaz de responder a las trayectorias, saberes, la forma y función del espacio doméstico guaraní, la organización de la familia y su economía.



En el marco de las soluciones bioclimáticas abordadas, se buscó el confort térmico pasivo mediante la incorporación de parasoles verticales y fachadas ventiladas. Estas se resuelven mediante sistemas inspirados en los característicos envarillados utilizados en los cercos guaraníes y las técnicas de “palo a pique” empleadas en los sistemas constructivos en tierra característicos de la región. Se utilizaron despuntes y sobrantes de los aserraderos de la zona, junto con ramadas extraídas mediante poda de la vegetación local (ej: palo bobo, sauces, cañas, etc).







Sobre bastidores de madera se coloca un envarillado de caña en la cual se aplica un mortero de tierra con paja, conformando un muro liviano de buena aislación térmica necesaria para las altas temperaturas de la región. Los morteros y pinturas naturales serán estabilizados mediante una serie de aditivos naturales que aumentarán su resistencia a la abrasión y la erosión. La elección de los materiales, permitirá aprovechar la capacidad higroscópica de la tierra que facilita la absorción y desorción de humedad. Este comportamiento físico del material en su estado natural (que también comparte con la madera), representan otra de las ventajas que diferencian a estos sistemas constructivos.

                                                     

   
La arquitectura propuesta responde a las trayectorias de las construcciones vernáculas, con la incorporación de soluciones de tecnología social capaces de responder a la necesidad del agua y la rigurosidad del clima. 




Organizaciones ejecutorasCIMBRA / ACDI
Proyecto: Joaquín Trillo (XhARA) y Eduardo Tapia (Constructora Tapia)
Financiador: fundación Fortabat

Equipo de trabajoDestinatario: comunidad guaraní Arete Guazú / Taller-Obra: Joaquín Trillo (XhARA) y Eduardo Tapia (Constructora Tapia) / Construcción: Mansilla, Puqui, Osvaldo, Agüero, Sergio y la comunidad guaraní de Arete Guazú / Huerto agroecológico: Franco Herrera, Fernando Anse, Mario Sosa, Juan, Osvaldo, Sergio y la comunidad guaraní Arete Guazú / Instalaciones acceso al agua: Juan, Puqui, Mansilla y Agüero / Herrería: Toni / Coordinación general: Martina Vismara, Claudia Savilla, Luciana Palacio, Tochi Benítez / Acompañamiento: Luis Vedoya (fundación Fortabat).

Lugar
: comunidad guaraní Arete Guazú (Caimancito, Jujuy, Argentina).
Superficie: 55m2
Año: 2021-2022
Técnica constructiva: bases aisladas de hormigón, tirantería de madera, bastidores de madera, columnas compuestas de madera, paneles de quincha con morteros de tierra, pinturas de arcillas, sobretecho térmico para cosecha de agua, parasoles de entramados de madera.


XhARA
www.xhara.com.ar
infoxhara@gmail.com
Quebrada de Humahuaca (Jujuy, Argentina)